2015(e)ko otsailaren 26(a), osteguna

El Hijo Pródigo en versión moderna

La parábola
La historia es muy conocida y, por desgracia, muy actual: un hijo le pide a su padre la parte de la herencia que le corresponde y se va de casa. Con ese dinero, empieza a darse todos los lujos y a vivir sin pensar en el futuro. Sólo importa el presente... comida, bebida, drogas, placeres,... El dinero se va gastando y cuando se agota se da cuenta de la realidad: tiene que malvivir, subsistir con limosnas, quedarse al margen. Cuantos hoy viven esta realidad de pobreza y marginación por haber puesto toda su confianza en lo económico y material, viviendo cada instante con la capacidad del instinto, sin preocuparse por el futuro.

Pero esta realidad de pobreza, miseria y marginación, se puede revertir si, como hace el protagonista de la parábola, se acuerda de lo bien que estaba en la casa de su padre, que cada día está pendiente por si su hijo vuelve, y decide por fin volver, desandar el camino andado, arrepentido de su egoísmo y con la intención de pedir perdón a su padre. Y su padre, que le ama con locura, en cuanto le ve volver sale corriendo para abrazar a su hijo, sin reproches, acogiendo con los brazos abiertos al hijo perdido que ha decidido volver al camino correcto, al camino de la felicidad.

El mensaje
Cuando, fruto de nuestro egoísmo, nos apartamos de los seres queridos, nos podemos encontrar con una sociedad que no se rige por afectos, ni amistades, sino por la ley del más fuerte, del más poderoso, del más rico,... Una sociedad que deja al margen a los que no son competitivos sin ninguna compasión. Cuando estamos en esa situación de fondo, de último nivel, de pobreza material y espiritual, sólo el amor de los seres queridos, el amor del padre, el amor de Dios, nos puede redimir y dar nuevas esperanzas a nuestra vida.

Aplicación en clase
El vídeo está muy bien realizado y, casi sólo con imágenes, resume y actualiza esta famosa parábola. Una posible aplicación de este vídeo en clase, puede ser el verlo, después de leer el texto de la parábola, del evangelio de Lucas (Lc 15, 11-32), y, tras asegurarnos que los alumnos han comprendido el significado de la parábola, proponerles que vuelvan a escribirla, pero con personajes actuales, que ellos puedan conocer. De entre todas las parábolas resultantes, se puede escoger una que puede representarse en clase por los propios alumnos, lo que sin duda puede ayudar también a que ellos mismos saquen sus propias conclusiones y apliquen el mensaje de la parábola a su propia vida.

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